Lina Marcela Álvarez, de 28 años, es la fundadora de El Cuarto Mosquetero, un medio de comunicación alternativa y popular del departamento del Meta, que no solo trabaja con las comunidades, sino que aporta a la construcción de una vida libre de violencia hacia las mujeres, especialmente aquellas que habitan en la ruralidad.
La joven comunicadora nació en Ibagué, Tolima, pero al graduarse de bachiller se trasladó a Villavicencio, en el Meta, junto con sus padres. Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Corporación Universitaria del Meta (Unimeta), se especializó en políticas públicas y fue ganadora, además, del Premio Nacional al Talento Joven, lo que le permitió representar a la región en la Cumbre de jóvenes líderes más importante del mundo, One Young World, en Munich, Alemania
La Pluma entrevistó a la fundadora de El Cuarto Mosquetero, quien habló acerca de la creación del medio, de su enfoque de paz, género y defensa del territorio, así como de los retos que ha conllevado hacerlo desde un liderazgo joven, mayoritariamente conformado por mujeres.
¿En qué momento supo que podía aportar a otros espacios desde el campo de la comunicación?
Desde los 10 años ingresé al grupo radial del colegio, y desde esa edad empecé a hacer radio y a formarme como locutora. Todo ese tiempo que estuve en proceso académico, hasta que me gradué, me permitió adquirir una experiencia profesional, además de haber tenido la oportunidad de vincularme a otras emisoras en Ibagué, como Radio Súper, esto hizo que tuviera claro lo que quería estudiar desde el inicio.
Estando en la universidad, formé parte del movimiento estudiantil. Allí empecé a trabajar de mano con las comunidades que estaban en situación de vulnerabilidad, y entonces me daba cuenta de que los niños, niñas y jóvenes que no tenían como hacer uso de su tiempo libre, vivían con el miedo de ser desalojados, puesto que habitaban en zonas de invasión, y como ellos no tenían condiciones de vida digna, necesitaban hacer buen uso de su tiempo para evitar caer en actividades delictivas. Eran zonas en donde el microtráfico era alto, entonces iniciamos con el proceso de reporteritos y reporteritas populares (…) En este proceso ligado al tema de reportería popular les enseñamos a los niños a leer, escribir, tomar fotografías, hablar en radio o ante cámaras, es decir, ellos y ellas también estaban aprendiendo y contribuyendo a su comunidad desde los medios, para que algún día fueran agentes de transformación.
¿Cuáles fueron los inicios del medio de comunicación?
No fue un proceso que haya realizado sola. Yo tengo una compañera que se llama Melissa Quiroga, quien actualmente está fuera del país, con ella iniciamos el trabajo y tuvimos de alguna manera más estudiantes de Comunicación Social – Periodismo, de otras carreras o del movimiento estudiantil, quienes nos apoyaron inicialmente.
El proceso base inició en los asentamientos Villa Lorena y La Nohora, en Villavicencio. Ellos mismos nos pidieron y recomendaron crear un medio de comunicación donde pudieran tener una participación y poder denunciar lo que vivían, porque normalmente les era difícil el acceso a otros medios de comunicación.
¿Qué comentarios recibían al inicio del proyecto?
Era complejo porque las personas decían, tan chévere (…) Incluso, algunos medios de comunicación publicaron cuando hicimos el lanzamiento del medio, hablaban y demás, pero era eso, para muchas personas y para muchos colegas, era como los estudiantes que estaban haciendo iniciativas chéveres, jugando a hacer periodismo, era una iniciativa muy universitaria para ellos y que de alguna manera no nos veían como un proceso serio que se estaba proyectando a futuro, entonces, en muchas ocasiones subestimaron nuestro trabajo, más en esa época y sobre todo porque la mayoría de las integrantes éramos mujeres (…) De alguna manera minimizaban lo que nosotras hacíamos o nos preguntaban quién era el profe responsable o el adulto responsables, tenían y tienen esa necesidad aún de creer que había alguien detrás, no pueden imaginarse que fue una iniciativa que tuve yo, que se hizo con apoyo de todas mis compañeras y que no necesitábamos de ningún padrino, de ninguna clase sino de nuestra energía y el apoyo de nuestros papás.
La razón de ser del medio, y casi sin pensarlo, se dio esa manera, que en su mayoría fuéramos mujeres y fuéramos mujeres jóvenes, y así se ha mantenido. El Cuarto Mosquetero es un equipo en su mayoría conformado por mujeres, aunque también hay hombres, dos de ellos hacen parte de los inicios, por ende, somos un proceso mixto, pero el equipo mayoritariamente es femenino y liderado por mujeres. Yo, como directora, en estos 8 años he dejado una imprenta con la que nos identificamos y nos autodenominamos como «nosotras», y ellos al ser minoría deben sentirse incluidos, como ha pasado históricamente con las mujeres en la sociedad.
¿Por qué enfocarse en hacer periodismo feminista, transincluyente, antirracista y con enfoque de derechos humanos? ¿Cuál es el objetivo?
Hacemos periodismo feminista porque como mujeres estamos comprometidas con todo lo que tiene que ver con la erradicación de violencia basada en género, en busca de una vida libre de violencia para las mujeres.
Creemos firmemente en que, si más medios de comunicación o más personas tienen un enfoque de género a la hora de hacer periodismo, aportaríamos de alguna manera a disminuir las desigualdades de género que hay en la sociedad. En muchos casos se generan estereotipos y roles de género que multiplican también los medios de comunicación, que profundizan y hacen que la sociedad siga repitiendo sus patrones.
(…) Por qué de una vez especificamos que somos transincluyentes, porque las mujeres trans son mujeres, y cada vez hay un movimiento dentro del movimiento feminista que no las reconoce a ellas desde su capacidad de identificarse, expresarse y sentirse (…) Es un tema bien complicado, pero básicamente al nominarnos como transincluyentes dejamos en claro que apoyamos la lógica que vienen haciendo las mujeres transgénero en el país.
Nuestra apuesta por apoyar a la población diversa, antirracista y demás, se da porque lo mismo que pasa con las mujeres pasa con los grupos étnicos (…) Si en algún momento alguien va a decir, ustedes no están siendo imparciales, entonces, desde el principio, ya saben qué pueden esperar de nosotras, ya también saben qué tipo de periodismo hacemos, cómo lo entendemos y cómo lo concebimos, de esa misma manera somos coherentes con nuestras posturas éticas y editoriales.
¿Qué resultados esperan a largo plazo como medio de comunicación?
Queremos seguir construyendo un mundo donde las mujeres no tengamos miedo de salir a las calles, que podamos alzar nuestras voces y seamos nosotras mismas; por eso, desde El Cuarto Mosquetero trabajamos tres líneas que son: género, paz y defensa del territorio (...) Con nuestro medio esperamos llegar, servir y transformar a territorios aislados, visibilizando realidades con nuestro trabajo, pero, sobre todo, con nuestra vocación.
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