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Angie Perea y Camila Murcia

Falta de atención: causa de suicidio en menores de edad

Actualizado: 22 may 2023

El fenómeno del suicidio cobra cada año la vida de cientos de miles de personas. En el departamento del Meta, las estadísticas revelan una situación preocupante. Los jóvenes y adultos, especialmente aquellos entre 12 y 49 años, son los más afectados.



En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que en el mundo mueren 800 mil personas anualmente por suicidio y en Colombia, según un estudio realizado en ese mismo año por el Ministerio de salud, la cifra llegó a los 2.190 anuales; también establecieron que los principales detonantes son los conflictos de parejas o exparejas, familiares, económicos, escolares y de maltrato físico, psicológico o sexual. En 2022, un reporte de Medicina Legal arrojó que, con corte a julio, iban más de 1.500 suicidios en el país, cifra preocupante, en comparación con el mismo periodo del 2021. En ese año se registró un total de 1.489 suicidios. En este mismo reporte se determinó que las poblaciones más afectadas son los jóvenes y adultos, en su mayoría la población adolescente, entre los 12 y los 17 años, jóvenes de 18 a 28 y adultos tempranos desde los 29 hasta los 49.


Según las fuentes consultadas, se puede establecer que los métodos más usados para cometer suicidio son: autointoxicación con plaguicidas, envenenamiento por exposición a otras drogas o medicamentos y sustancias biológicas, arma corto punzante, ahorcamiento y lanzamiento al vacío. Ahora, en el departamento del Meta, para el 30 de agosto del2022, la cifra de intentos de suicidio fue de 456 y 61 casos que fueron efectivos, cifras entregadas por la Secretaría de Salud departamental; uno de los más sonados fue el del joven Diego Garcés Beltrán, estudiante de Economía de la Universidad de los Llanos, quién se lanzó al vacío en el puente que conecta el barrio La Azotea con el barrio Galán en la capital del Meta.

De los 61 casos reportados de intentos de suicidio en el Meta, 12 han sido por adolescentes (12 a 17 años), 21 en jóvenes (18 a 28 años), 18 en adultos (29 a 59 años) y 10 en adultos mayores, de los cuales 49 fueron hombres y 12 mujeres; en cuanto a los 456 intentos de suicidio, 145 han sido hombres y 311 mujeres, lo que indica que las mujeres son más propensas a ser quienes tengan intentos, mientras los hombres son quienes lo perpetúan.


En vista de esto, surge la duda: ¿Por qué los adolescentes tienen pensamientos o tendencias suicidas? Y lo que es más importante, ¿cómo desde las instituciones educativas manejan dicho flagelo?


Para tener más certeza, nos dirigimos a un colegio público de Villavicencio, que preferimos omitir su nombre, en donde de primera mano se obtuvieron historias de estudiantes, quienes contaron los motivos por los cuales tuvieron pensamientos suicidas e intentos de suicidio.

“Me intenté matar ahorcándome, cuando estaba en cuarto de primaria, porque mis papás no me prestaban atención, peleaban mucho y se separaron, a mí me dio muy duro eso”, relata uno de los estudiantes. Además, narró que ese no fue su único intento, pues un año después, cuando cursaba quinto, intentó lanzarse desde un puente, pero un familiar lo encontró e impidió la tragedia. Aunque sus padres, al enterarse, lo castigaron golpeándolo, desde entonces está en tratamiento psicológico por medio del servicio que presta la institución educativa.


Así como este adolescente hay muchos más que se encuentran en la misma situación, algunos obtienen la ayuda que necesitan y otros no, hay que tener en cuenta que no todos los casos son reportados en el colegio, bien sea porque se desconoce lo que se debe hacer en una situación como esta o porque se tienen percepciones negativas respecto al suicidio. Según Ximena Palacios Espinosa, psicóloga y profesora de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, la percepción global existente acerca del suicidio es que es un acto repentino y la sociedad lo relaciona con inmadurez, falta de valor por la vida, egoísmo con los seres queridos, cobardía o creen que es una forma de llamar la atención.


Por lo investigado y dicho por la psicóloga, no se tiene presente que es más complejo de lo que se cree, ya que va ligado al pensamiento y entorno en el que se encuentra el sujeto, como en la mayoría de los casos, las personas con tendencias suicidas llegan a esta determinación debido a que creen que están en su límite y no tienen más alternativas o salidas de la situación en la que se encuentran. Tal como es el caso de otro estudiante, quien relata que se intentó cortar las venas en casa de una prima, incluso, le dijo que no quería morir solo y que también la iba a matar: "mis papás se peleaban mucho frente a mí y me decían que no debí haber nacido". También, dijo que fue su prima, quien impidió que cometiera aquellos actos, al informar los padres, quienes reaccionaron oportunamente y lo remitieron con un psicólogo privado.


En vista de estos dos casos, hablamos con la psicóloga del colegio, quien trata a todos los estudiantes que necesitan de su orientación; ella comentó que “el covid fue un gran cambio para todos, incluyendo los más pequeños de las familias y que esto se vio reflejado cuando volvieron a clases", pues muchos estudiantes se fueron, tuvieron pérdidas o enfrentaron la enfermedad, así como también llegaron nuevos estudiantes, que, para ella, son los que más necesitan orientación.


Con la vuelta al colegio y la normalidad, los estudiantes venían con nuevos hábitos y costumbres, siendo el uso del teléfono y las redes sociales los más notorios; Los profesores, en articulación con la Policía y la Sijín, que varios estudiantes seguían a personas que los invitaban a jugar o hacer retos en los que incluían el cutting o automutilación, lo que significa cortarse. Estos estudiantes son los que ahora están recibiendo acompañamiento psicológico para combatir dichos comportamientos.


Esta es una muestra de cómo las redes sociales pueden ser una vía de escape o una forma de llenar el vacío que los menores sienten a las circunstancias que existen en sus entornos, pues si bien la psicóloga Díaz sigue las rutas y mecanismos establecidos por la institución y realiza un llamado a los padres, así como establece canales de comunicación con ellos y entre ellos, indica que no siempre se cumple con los compromisos establecidos y que los menores siguen accediendo a las redes sociales.


Si bien con las alertas los padres se pusieron al corriente, aun existe mucho estudiante que se queda solo y su consuelo es un teléfono con acceso a internet y, por ende, a las redes sociales, La psicóloga aseguró que tenían entre tres y cinco estudiantes que estaban al borde de cometer suicidio por un reto de una red social, a quienes con una pronta y

oportuna intervención lograron evitar que fuesen llevados a cabo.


En medio de esta investigación, intentamos en varias ocasiones contactar a la Secretaría de Educación municipal para que nos informara acerca de las políticas y directrices que les dan a las instituciones educativas para el manejo de este tipo de problemática, pero nunca obtuvimos respuesta.


Por lo tanto, si bien queda claro que en esta institución educativa los directivos y personal del plantel tienen claras las rutas y mecanismos de auxilio para eventualidades de este tipo, queda un sinsabor por desconocer la labor del gobierno municipal. Y que el abandono sí es uno de los detonantes de los comportamientos y tendencias suicidas en menores.

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