Desde vencer tabúes y prejuicios sociales hasta superar miedos y estigmas, Sary Stefany Moya Martínez demuestra cómo el pole dance puede cambiar vidas, resistir y romper estereotipos en una sociedad machista.
Sary Stefany Moya Martínez cuenta con una experiencia de aproximadamente siete años en la práctica del pole dance y pole exotic, una disciplina de baile que se caracteriza por utilizar una barra para ejecutar movimientos fluidos, sensuales y, en ocasiones, provocativos. Ella es la directora y creadora de Magic Dance Academy, un centro de bienestar físico y mental ubicado en Villavicencio. Es el único centro en la ciudad que combina la danza, el arte, la acrobacia y el deporte.
Aunque hizo algunas pausas obligadas durante casi dos años, en 2018, retomó la práctica en el garaje de su casa como parte de un proceso terapéutico después de un evento traumático, que prefiere no contar. De esta manera, Sary exploró emociones nuevas y adquirió la habilidad de apreciar su cuerpo por su capacidad y no solo por su apariencia.
Nunca se imaginó que después de estudiar contaduría pública y especializarse en aseguramiento y control interno, su vida estaría centrada en el pole dance, una práctica cargada de estigmas, tabúes, prejuicios. En entrevista con La Pluma, Sary comparte su experiencia, aquella que reta a diario sus capacidades individuales, siempre respetando el bienestar.
¿Cómo fue el acercamiento al pole dance?
Surgió a partir del deseo por desarrollar una práctica deportiva y de volver a conectar con mi amor propio. Siempre había querido hacer pole, pero me había restringido mucho por lo de siempre: el tabú y los comentarios. Para ese entonces finalicé una relación afectiva, y por eso inicié, quería hacer algo de deporte y esta práctica me retó mucho; al comienzo se me dificultaba demasiado, porque había sido una mujer totalmente sedentaria, pero encontré allí una pasión.
¿Cuáles eran esas restricciones? ¿Sentía temor?
Sentía mucha pena al comienzo, además, yo me desempeñaba en un ámbito diferente, y precisamente estamos acostumbrados a que, si eres ejecutiva, doctora o profesora, debes actuar como la sociedad espera, pues qué van a pensar de ti cuando vengas a entrenar en calzones subida en la barra, entonces, evitaba hacer publicaciones, hasta que empecé a tomarlo de una manera natural y libre, porque es parte de mi bienestar.
¿De qué manera el pole dance mejora la aceptación propia del cuerpo?
Es una práctica que te permite reconocerlo, porque no estamos acostumbrados ni acostumbradas a aceptar nuestro cuerpo, a verlo tan siquiera. Hay mujeres que no aceptan verse de cuerpo completo o no les gusta lo que ven. Acá entrenamos en ropa interior, ya que es el atuendo que se requiere para poder adherirnos a la barra, y porque lo deseamos realmente. Entonces, hay reconocimiento y apropiación desde la clase número uno.
¿Por qué todavía se sexualiza el cuerpo de la mujer?
Primero, es un esquema social machista. Segundo, por desconocimiento; es un poco de ignorancia frente a lo que permite la práctica. Históricamente las mujeres hemos sido cohibidas de muchas cosas. Yo soy muy expresiva en mis clases, y mi línea es el pole exotic, a mí me gusta la práctica sensual, entonces, le hago apología a que se toquen, a que se sientan, a que aprendan que no hay nada malo en tocar sus cuerpos. Siento que a las mujeres nos han hecho creer que está mal hacerlo, reconocerlo y experimentar con él. Entonces, es desconocimiento, es doble moral: al hombre promedio le gusta ver hacia afuera, pero que no sea su mujer la que viene y practica. Se sigue sexualizando, las personas seguimos ignorando que somos seres sensuales y sexuales.
¿Qué pasa con la práctica del pole en los hombres?
Los hombres están cohibidos a sentir (su cuerpo), a veces ni siquiera es culpa de ellos, es un sistema que nos ha hecho pensar que hacerlo está mal. Hace unos días, tuvimos una experiencia al trabajar con un grupo de hombres que llegaron acá; se subieron a la barra, se empoderaron e inmediatamente se generó un espacio agradable. Entonces, es un tema de cambio de mentalidad, yo creo que el cambio radica en empezar a transformarla, y eso es lo que venimos haciendo aquí.
¿Se rompen aquí los esquemas tradicionales de belleza?
Sí, en un nivel recreativo, la mujer que está en condición de sobrepeso es quien regularmente se señala, hasta que se empodera y se da cuenta de que no necesita tener un cuerpo de ciertas medidas. En un nivel competitivo, son cuerpos tonificados y muy marcados, con unas características diferentes al curvilíneo: en la parte superior se tornan anchos, tienen brazos grandes, a veces el abdomen es tonificado o demasiado ancho, pero igualmente fuerte, diferentes a lo que nos han dicho, 90, 60, 90.
¿Cuál es la relación entre el pole dance y el striptease?
Hay que reconocer que el pole tiene un origen de club nocturno, entonces, en vez de ocultar esto, es explicarles a las personas. Las mujeres vienen, se mueven, se contonean y se apropian de sus cuerpos, entonces, yo no voy a desconocer que hay un origen stripper. Más que desmitificarlo, es apropiarnos de la sensualidad como parte de la dimensión personal (…) El pole revolucionó mi vida, pero cuando conocí el poleexotic, que me puse los tacones, abordé la sensualidad y la sexualidad, yo dije: ¡uy, aquí me quedo! Entonces, a la larga entendí que no iba a ser parte de los estigmas sociales.
¿De qué forma esta práctica resiste ante la violencia de género?
Con las personas que han sido víctimas de violencia se manifiesta un trabajo más arduo, y me incluyo, porque cuando uno se ha visto inmerso en procesos de violencia, representa una tarea difícil; te sientes vulnerado, rechazado, entonces, definitivamente, creo que es una práctica que nos ayuda a sanar, a reconectar, a recuperar toda una línea de autoesquema, aunque evidentemente se requiere de acompañamiento psicológico y de apoyo profesional, para avanzar de forma efectiva e integral.
¿Qué les recomienda a las personas que empiezan?
Que disfruten el proceso, que canalicen a través del entrenamiento todo lo que influye a nivel personal, que potencialicen sus habilidades y sanen. Lo primordial es ser consciente de la presencia de los retos constantes.
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