A finales de 2022, se robaban aproximadamente cuatro tapas de alcantarillado diariamente en Villavicencio. Esta crisis se ve agravada por el deterioro de varias de ellas y la ineficiencia de atención a las denuncias de los ciudadanos.
El robo y daño de las tapas de alcantarillas y rejillas en Villavicencio generan diversas problemáticas, como el comercio ilegal, la accidentalidad, los gastos adicionales para el municipio y el deterioro de la infraestructura del acueducto y alcantarillado.
Lo que comenzó como un robo aislado de algunos elementos se convirtió en una preocupante situación que requiere la colaboración de varias instituciones municipales para frenar este comercio ilegal y sus consecuencias económicas y logísticas.
Lo que le cuesta a Villavicencio
De acuerdo con Juan Andrés Castiblanco Torres, ingeniero del equipo de apoyo técnico de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio (EAAV), el robo de tapas de alcantarillas y rejillas de sumideros siempre ha estado presente, solo que desde 2018 se ha incrementado significativamente. Este aumento, según el ingeniero, se dio debido al comercio que se ha ido construyendo entre las chatarrerías y quienes hurtan estos elementos.
Desde la EAAV, se estima que el año con mayor cantidad de hurtos de tapas y rejillas fue el 2022, con un promedio de tres a cuatro de estos elementos hurtados por día. Esto provocó una crisis administrativa que la empresa no pudo manejar por sí sola y requirió de la ayuda de otros entes de control, como la Policía Nacional y la Secretaría de Gobierno.
«Nuestra operación se estaba dedicando a instalar tapas que terminaban en el negocio de aquellas personas que se adueñan de lo ajeno», agregó el funcionario.
Ahora, ¿cuánto le cuesta al municipio la reposición de cada tapa de alcantarilla? Si bien no hay una cifra global exacta, el precio de cada tapa y rejilla oscila entre 150.000 y 250.000 pesos, sin sumar costos de mano de obra y transporte de los elementos hasta el lugar del hurto. Con estos datos se estima que, en el peor momento de la problemática, el municipio tuvo que pagar alrededor de $1.000.000 de pesos diarios.
Según el ingeniero, es muy complicado hacer la vigilancia de cada activo de la empresa a pesar de que los robos han disminuido, es por eso por lo que la empresa de Acueducto tiene los reportes de los ciudadanos como el primer apoyo para conocer cuándo y dónde se ha realizado el hurto de alguno de estos elementos. Dichas denuncias y reportes, en su mayoría, llegan a través de las redes sociales y teléfonos de contacto de la empresa.
«La idea es que aparte de los reportes a la empresa, también nos ayuden con los reportes a la Policía, a cada cuadrante en caso de cualquier irregularidad», añadió el funcionario.
Daño de tapas
El hurto de las tapas no es lo único que afecta a los ciudadanos, también está el deterioro de las mismas; se parten y se hunden dejando el alcantarillado al descubierto. En el barrio La Alborada, por ejemplo, se ha visto esta problemática: Eduardo, quien se dedica a cuidar carros en la zona de restaurantes, se encargó de reportar el daño de una tapa que quedaba en ese sector a trabajadores de la EAAV y a la Junta de Acción Comunal.
«La tapa llevaba mes y medio partida, entonces, a raíz de esto, también hubo daño en el anillo que la cubría, y ahí no pasaba nada, estaba partida totalmente y se había hundido», comentó Eduardo.
El daño de una tapa se vuelve más problemático cuando se encuentra en un sector donde se mueve el comercio y hay mucha congestión vehicular, ya que afecta la movilidad, reduce el espacio de parqueo y aumenta el riesgo de accidente. Por eso, Eduardo, ante esta problemática, ahora señaliza para dar aviso del peligro.
En el mismo barrio, unas cuadras abajo, se vivió una situación similar; sin embargo, esta vez se repitió el daño en reiteradas ocasiones en el mismo lugar.
«Se demoró un mes en que la volvieran a poner. La que cambiaron, volvió y se partió. Se cayó. En los últimos seis meses la han reemplazado tres veces», mencionó Nayibe Guzmán, residente de la zona. Además, señaló que debido a estas situaciones, dos autos cayeron en el hueco y hubo preocupación por la seguridad de los niños. Fue necesario colocar obstáculos para alertar a las personas y evitar que fueran víctimas.
Esta situación puso en alerta a la comunidad, pues cerca queda un colegio. Ante estas circunstancias, los residentes decidieron llamar al presidente de la Junta de Acción Comunal, quien se encargó de tomar evidencias y comunicarse con la EAAV. Además, hubo acompañamiento de la policía del cuadrante. Así que, el Acueducto y Alcantarillado, en última instancia, decidieron cambiar el sistema poniendo una tapa metálica y sellando con cemento para que esto no sucediera una tercera vez.
Proceso para la reposición
Con la falta de estas tapas a lo largo de la ciudad, Rodrigo Rojas Hernández, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Alborada, cuenta desde su experiencia cómo son estos procesos de solicitud para la reparación o reposición de las tapas del alcantarillado, problemática que es frecuente en el barrio ya mencionado.
«En principio nos comunicamos con una línea del acueducto donde se hace el reporte y se da la dirección del daño o donde se ubica la tapa faltante. Allá entregan un radicado que valida el daño y hacen la reparación”, dice, antes de asegurar que los reportes han sido resueltos en un corto lapso.
Sin embargo, el tiempo que permanece la calle sin una tapa de alcantarilla también es de vital importancia para la seguridad de la ciudadanía, pues se derivan diversas problemáticas de movilidad, accidentes e inundaciones.
En repetidas ocasiones, en la carrera 22 con calle 4b, se han producido incidentes graves debido a la falta de tapas de alcantarillado. En uno de estos casos, la parte delantera de un taxi quedó enterrada, causando daños significativos al vehículo. Además, un motociclista sufrió un accidente y resultó gravemente herido, con daños importantes en su moto. También hubo una persona que estuvo a punto de caer al fondo del alcantarillado, pero afortunadamente pudo reaccionar a tiempo y evitar una situación más grave.
Debido a lo anterior, la misma comunidad se ha tenido que hacer responsable de evitar o al menos reducir estos niveles de accidentalidad.
«Cuando está el daño y se hace el reporte ya nos toca a nosotros como comunidad poner un pedazo de árbol como señalización o una cinta de peligro, porque las empresas públicas no tienen la capacidad de atender estas problemáticas de inmediato», así lo explica el presidente de la Junta de Acción Comunal.
Barrios más afectados
Según la empresa de Acueducto, los barrios en los que más se han presentado denuncias son: Camino Real, San Antonio, Kirpas, La Reliquia, Betty Camacho.
Kirpas
Con la investigación en curso, se acudió al barrio Kirpas, lugar donde se buscaba explorar las problemáticas que el daño y el hurto de tapas de alcantarilla provocan. Una vez en el lugar, se pudo evidenciar que tales daños no existían o, simplemente, no son tan grandes o conocidos como se nos había informado con anterioridad. Tras varias entrevistas con ciudadanos y habitantes del sector, se recibió una negativa definitiva frente a la problemática en cuestión, de igual forma, la información suministrada por agentes de la policía, que son recurrentes en el sector, estuvo muy ligada al poco o nulo conocimiento de la situación.
Betty Camacho
Después de preguntar en la comunidad del barrio Betty Camacho, se deduce que la problemática sí está presente, y los habitantes de la zona que se transportan en moto son los primeros en sentir miedo por esta situación y quienes podrían ser las principales víctimas de la falta de tapa en el alcantarillado. Primero, está el deterioro de las tapas en el barrio, en las cuales se empieza a crear un pequeño agujero desde el centro que se va expandiendo hasta dejar al descubierto la alcantarilla.
«Son más o menos dos semanas que la alcantarilla dura sin la tapa y esto presenta riesgos, porque en mi caso, que ando en motocicleta, me puede hacer mucho daño si llego a caer ahí», explica Hirley Ducuara, residente de la zona.
En segundo lugar, está la frecuencia con la que se presenta el hurto de tapas en la zona; desaparecen de un momento a otro dejando a los habitantes expuestos. Esto ha sucedido en un periodo de entre tres a seis meses en la vía de ingreso al barrio, la cual no cuenta con iluminación, señalización ni vigilancia. La solución por la que ha optado la Junta de Acción Comunal es manifestarlo directamente a la Alcaldía.
Movilidad
En seguimiento a la problemática en cuestión, se consideró abordar a la Secretaría de Movilidad con el objetivo de conseguir información sobre los casos o datos relacionados con las afectaciones causados por el robo o daño de tapas de alcantarillado. Al acercarse al lugar y preguntar, redirigieron la búsqueda al director técnico, Luis Fernando Rojas, quien relató que no contaban con datos al respecto. Aclaró que solo se había registrado un caso de un ciclista accidentado debido a la falta de una tapa. No obstante, no pudo proporcionar más detalles, por lo que aconsejó dirigirse a la Secretaría de Infraestructura.
Demora en obras
Se acudió a la Secretaría de Infraestructura, responsable de mantener la estructura vial y todo lo relacionado con la construcción, rehabilitación, mantenimiento y mejora de las vías. Según la directora de obras civiles, Leidy Viviana Huerta, los robos masivos han afectado directamente a la entidad. De acuerdo con su relato, los contratistas de obra son víctimas de robo mientras construyen, y antes de que la obra sea entregada al acueducto, se deben reponer las tapas. Estos costos adicionales son asumidos por los contratistas.
La problemática es compleja, ya que, cuando se roban las tapas también pueden llevarse el marco, e incluso romper el pavimento, deteriorando la estructura de la vía y generando un hueco que, con el tiempo, puede ser peligroso para los conductores. Por este motivo, la Secretaría realiza un trabajo mancomunado con la empresa de Acueducto para abordar el problema de manera conjunta cuando este avanza al deterioro de la estructura vial. Esta situación no solo afecta a los contratistas, sino que también provoca atrasos en la entrega de obras.
Chatarrerías
Se hizo un recorrido por el sector de El Porvenir, en la conocida Calle de los negros, poseedora de un gran número de chatarrerías para conocer a fondo cómo funciona la compra y venta de tapas de alcantarillado. Al preguntar a los habitantes del sector sobre dónde podríamos acudir para vender uno de estos elementos, la opción más mencionada fue Metales Mincho, ya que «son los que pagan más». Sin embargo, la administradora de dicho establecimiento afirmó que como empresa no aceptan tapas, ya que son conscientes de que provienen de robos y suelen ser traídas por habitantes de calle. «Yo no compro ni registros, ni tapas de alcantarilla, ni siquiera las mallas que están en los travesaños de las vías, porque también son ellos los que traen esas cosas», agregó.
Por otro lado, se conoce de otras chatarrerías y recicladoras más pequeñas del sector que sí compran las tapas; el precio depende del valor de la chatarra, del peso: el kilo puede estar en 1.100 pesos, aproximadamente. Sin embargo, alrededor de cinco establecimientos que se visitaron, sus administradores no permitieron realizar una entrevista y algunos negaron ser parte del mercado.
Luego de lo anterior, se ratifica una verdad que alarma: además de los robos, la recolección de datos es insuficiente y cada entidad tiene una falta de claridad en este asunto. Este desafío va a requerir la creación de estrategias que sean capaces de mitigar el robo y el daño de tapas de alcantarillado, por lo que es innegable aceptar que esta situación representa un reto para el municipio en cuanto al costo de las tapas y el sobrecosto de las consecuencias.
Por: Elisa Cortes, Lina Cubillos, Pablo Lozano, Laura Pérez y Gabriel Zambrano.
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