Escrito por: Jesica Alejandra Rodríguez
El acto de quitarse deliberadamente la vida ha sido una constante preocupación para la sociedad, en épocas donde se puso de moda hablar de la salud mental, pero no se ha encontrado una solución definitiva para disminuir la problemática y conservarla en buen estado, es más, no parece interesarnos.
El psiquiatra Rafael Salamanca comentó en un artículo del periódico El Tiempo online que el 75% de los suicidios ocurren como consecuencia de la depresión, el alcoholismo, la esquizofrenia y los trastornos de personalidad.
Estas personas buscan alejarse de esa vida que les parece imposible manejar, y su mensaje es claramente la búsqueda de un alivio a sus problemas.
Hoy quiero resaltar la importancia de ser conscientes de este fenómeno y lo necesario que es volvernos héroes en medio de esta problemática.
Regularmente, las personas que sienten la necesidad de terminar con su vida, buscan en la muerte la solución a sentirse avergonzados, vulnerados, solos, víctimas o rechazados, y es que la presión social y los estándares de vida actuales son tan altos que las personas no logran llenar sus propias expectativas.
Según American Psychiatric Association, los hombres son la población más propensa a morir, ya que usan métodos más contundentes a la hora de amenazar contra sus vidas. A pesar de esto, las mujeres son dos veces más propensas a intentar suicidarse, y sin embargo, al usar métodos como la sobredosis, la mayoría de intentos de suicidio no terminan en muerte, lo que indica claramente que es un llamado de auxilio, y es ahí donde nuestro papel es fundamental.
Según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el Meta ocupa el segundo puesto con más casos de suicidio en la Región de la Orinoquía, por lo que el decano de la Facultad de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, con sede en Villavicencio, Omar Villamil, recomendó al Gobierno Nacional de Colombia, incluir en sus planes de desarrollo recursos para la salud mental, debido a que esta situación se puede transformar en un problema de salud pública.
Algo así, como un efecto dominó, es lo que se presenta en el año 2020, donde se han reportado 125 casos de suicidio en lo transcurrido del primer semestre. Mary Lucena Aguirre, magíster en psicología clínica de la Dimensión Convivencia Social y Salud Mental de la Secretaría de Salud del Meta, indicó que el grupo más afectado se encuentra entre 15 a 19 años, seguido del grupo de 20 a 24 años.
Aquí es donde está nuestra participación, hablar de esto y exteriorizarlo es la pauta para prevenirlo, justamente por esto es que hay que encender nuestras alarmas como parte de la sociedad, no podemos permitirnos creer en mitos absurdos como “el que se va a matar no avisa” o “solo las personas con trastornos mentales son suicidas”.
Un poco de empatía podrá marcar la diferencia, y si todos aprendemos a identificar los síntomas de estos patrones de comportamiento, entre los cuales está: Tener dificultad para concentrarse o pensar claramente, regalar pertenencias, cambiar repentinamente de comportamiento, realizar acciones autodestructivas, aislamiento, soledad, hablar acerca de la muerte, cambiar hábitos alimenticios o de sueño y otros, podemos actuar buscando un momento adecuado y un lugar tranquilo para hablar sobre el suicidio, expresar nuestro apoyo y motivar a otros a buscar ayuda profesional, seguramente así podremos salvar muchas vidas.
No sobra recordar a la comunidad, familia y personas afectadas a comunicarse al número telefónico 3125751132, línea amiga en salud mental del Departamento del Meta.
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