Escrito por: Diego Pérez
Muchos podrían suponer que los supermercados y tiendas de barrio están haciendo su “agosto” en medio de la crítica situación que atraviesa la ciudad porque se observan escenas apocalípticas de gente comprando víveres de manera desmesurada.
En realidad, las tiendas están siendo gravemente afectadas porque no pueden competir con los precios que ofrecen los grandes almacenes de cadena, así lo afirmó Jazmine Gómez, administradora de una tienda en el barrio San Benito.
“Debido a la crisis de la situación, el pánico lleva a que la gente quiera abastecerse en grandes cantidades, las tiendas pequeñas son ignoradas, ya que los almacenes de cadena y supermercados mayoristas tienen mejores precios y ofertas”.
Otra de las problemáticas que deben afrontar los tenderos es el toque de queda impuesto en el departamento del Meta, en el que se obliga a detener toda actividad comercial a las 8 de la noche.
En el conjunto residencial Montebello, del barrio La Alborada, Yanis Cepeda en medio de su preocupación explica que las personas llegaban en muchas ocasiones después de las 8 de la noche.
“Hemos podido solamente atender al público hasta las 8 de la noche, anteriormente era hasta las 10 de la noche, las personas estaban acostumbrados a tener extensión en el horario”.
Los tenderos manifiestan su preocupación por la disminución de los ingresos por las ventas.
“Lo que nos hemos dado cuenta es que la gente se ha querido aprovisionar, pero en cantidad. A las tiendas vienen a comprar el graneo”, dice una de las tenderas del barrio La Alborada de la ciudad de Villavicencio.
5 mil tenderos que hay en la ciudad de Villavicencio.
Se espera que el gobierno local implemente estrategias para ayudar a este sector que jalona la economía de la ciudad.
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