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Foto del escritorLa Pluma

Los elefantes son grises, pero en Colombia son blancos

Por: Luisa Fernanda Suárez Ramos


Dividida, polarizada e infestada de corrupción, no son más sino adjetivos calificativos dentro del marco de pertenecer a este país, aunque se le atribuyen las acciones directamente a unos cuantos.

Al ver el registro de obras inconclusas revelado hace un par de semanas por la Contraloría General de la República, en el cual se han invertido 25 billones de pesos de recursos públicos, para la adecuación, edificación y mantenimiento, de obras destinadas a la educación, centros médicos, vivienda, agua potable, y transporte, pero de ejecuciones de estos trabajos se ha visto muy poco.

La Contraloría evidenció además que el 15,14% son obras inservibles, es decir elefantes blancos como se les denomina, 24,45% son obras inconclusas, 29,19% de estos proyectos tienen retrasos de años e incluso décadas.


Como la construcción de 988 viviendas en el Municipio de Gramalote, en el Norte de Santander, lastimosamente el pueblo tuvo que ser reubicado y se hundió el proyecto hace 10 años, tenemos además el proyecto del Distrito de Riesgo Triangulo del Sur del Tolima, donde más de 20 mil personas iban a ser beneficiadas, entre ellas 17 mil indígenas, un proyecto que estaba destinado hace 15 años, y como es de esperarse, se han invertido más de 600 mil millones, pero la comunidad no ha visto la "luz" en este proyecto.

Pero no hablemos en términos tan generales, porque desdibujamos a una tierra orgullosa, donde se vive y se siente el joropo, el coleo, atravesada por la cordillera Oriental, efectivamente es el departamento del Meta, con un sexto lugar en obras inconclusas, pero en realidad lo que nos separa de otros departamentos son apenas un par de obras.

Realizando un recuento, en el departamento del Meta se encuentra la segunda obra inconclusa que más le ha costado al país, es la refinería “Llanopetrol” e irónicamente llamado El Quijotesco proyecto, con fuertes ínfulas de expansión y competitividad, estaría igual o “mejor posicionada” que Ecopetrol y Reficar (aunque esta última tiene también su propia historia), al Gobernador de turno, en ese entonces encabezado por Alan Jara Urzola, entregó todo su empeño en defender su proyecto frente a los detractores políticos de su tiempo, contra viento y marea, se financió el proyecto por más de 29 mil millones de pesos y de los cuales 11 mil millones serían destinados para un ferrocarril que se usaría para transportar el crudo desde Campo Rubiales ¿y adivinen qué?, no se puso ni un solo ladrillo, tornillo o tubería.

Además de no olvidar a la también ex Gobernadora Marcera Amaya, quien la Fiscalía le abrió investigación al Igual que a Alan Jara, por presuntas irregularidades en la contratación de la refinería de Llano Petrol, asimismo fueron detenidos tres ex secretarios del despacho de Alan Jara y el gerente de Llano Petrol, pero sin mayores consecuencias jurídicas para las principales cabezas y promotores de estos “proyectos”. No olvidemos que Amaya era candidata de Alan Jara, y que al final de los dos mandatos se contabilizaron 21 proyectos considerados elefantes blancos.

Como las 220 viviendas para población vulnerable de Acacias en el barrio Nueva Jerusalén, donde estas no tenían las condiciones mínimas de habitabilidad o el Coliseo Alan Jara Urzola, su ejecución estaba programada en un término de nueve meses, tuvieron que pasar cuatro años, para ver una obra sin los requerimientos exigidos y hasta el día hoy sigue sin estar disponible para la comunidad de Granada, de igual manera la Planta de Tratamiento de aguas Residuales (PTAR), en puerto Gaitán, sus obras iniciaron desde el seis de marzo del 2018 y de la que hasta ahora no se conoce avance con más de 16 mil millones de pesos invertidos.

Como olvidar la oratoria maravillosa de la ex mandataria, cuando se dirigía hacia una comunidad en Mesetas, específicamente en Jardín de Peñas, donde se exigía un centro médico atendido por doctores y no por enfermeras, donde se ofreciera vacunación, citologías, un centro de crecimiento y desarrollo, además charlas educativas. A cambio de eso recibieron una respuesta magistral, un “tener paciencia”. Cómo decirle a un municipio sin asistencia médica, “tengan paciencia” como si pudiesen detener el tiempo y no enfermar.

El actual gobernador del Meta Juan Guillermo Zuluaga no ha hecho mucho hincapié en los asuntos que conciernen a la refinería, tampoco se ha manifestado si se va a liquidar la refinería o no. Desde otro punto de vista, encontramos al actual Alcalde de Villavicencio quien se ha comprometido en terminar al menos este año cuatro obras inconclusas en la ciudad, La Plaza San Marcos, que busca la reubicación de los vendedores de caldo parado, El Centro de Vida Yaki, y la plaza del Siete De Agosto, que está en proceso de liquidación.

El pasado 29 de septiembre se inauguró el Centro Especializado Materno Infantil (CEMI) del barrio San José y aunque no se ha visto un panorama muy alentador debido a la pandemia, esperemos que el alcalde dentro de sus funciones también incluya obras para mejorar la vida de los villavicenses, amanecerá y veremos.

Al final o más bien, 20 años después del anuncio de la refinería y de otras 82 obras inconclusas, algunas visualizadas por las personas como unas de las tantas decepciones infraestructurales del departamento del Meta y otras fantasmas porque jamás se vio un solo ladrillo. En conclusión, solo han quedado promesas que dejaron un millonario daño para el Meta, a las personas que de verdad necesitaban estos sitios para mejorar sus condiciones de vida y la Nación.

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