Yefrin Gómez, profesor de deportes de la Corporación Universitaria Minuto de Dios en Villavicencio (Uniminuto), habla sobre las dificultades y los retos que ha tenido que superar en su carrera. Esta es su historia.
El profesor afirma que su amor por el deporte nació gracias al fútbol. Hoy, a sus 26 años, es una de sus disciplinas favoritas.
En el 2015 se vinculó a la Universidad de La Guajira, lugar en el que iniciaron sus sueños. Durante ese proceso, se encontró con algunas dificultades, una de ellas, el bajo ingreso económico.
«La misma carrera lo obliga a uno a exigirse día tras día, sin importar las adversidades que presenta la vida constantemente», asegura Gómez.
Desde el 2019 ha ejercido su carrera como instructor, la cual inició en Riohacha, pero por la poca oportunidad laboral, tuvo que emprender un viaje hacia Villavicencio. Allí llegó por sugerencia de un familiar, quien fue la persona que le informó sobre una vacante laboral en la universidad donde trabaja desde el 2021.
Su experiencia en Uniminuto ha sido satisfactoria, considera que «no es como en el colegio, que uno se pone a dictar teoría, sino que ahora es un espacio más recreativo y de bienestar».
Lo más difícil de su oficio, dice, es la falta de prioridad hacia deporte, porque, agrega, en el momento de seleccionar a los deportivas para representar a la universidad en alguna competencia, alguna de las partes suele perder la responsabilidad sin darse cuenta de que la actividad física es esencial para el bienestar de las personas.
Una de sus aspiraciones es realizar una especialización en entrenamiento deportivo o en educación, siempre con el enfoque de instrucción y enseñanza. Esta es la labor que siempre le ha apasionado desde el inicio de su carrera.
Sin embargo, la mayor motivación es su familia, pues es su gran inspiración y fuente de fortaleza, la que lo impulsa a persistir y perseverar.
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