Escrito por: Derly Cruz
En las primeras culturas, tatuarse era una práctica común. Hoy en día, este hábito ha sido denominado como el body art por quienes ejercen la técnica del pincel o pintura en la piel, argumentando que estos diseños cumplen una función simbólica.
Así lo confirmó Fabián Clavijo, un joven de 28 años, que ha dedicado la mayor parte de su vida a plasmar figuras en diferentes partes del cuerpo de quienes lo buscan por su estilo coloquial, libertario y colorido.
Fabián comentó que las ganas y el gusto por el arte del pincel, lo llevaron a laborar en el oficio del tatuador, empezando por su antebrazo derecho con el nombre de su hija “Mariana”, con el que descubrió su talento y destreza por la técnica de la tinta para el alma.
Ahora puede decir que sus fortalezas son el realismo, el color y la sombra y que las nuevas definiciones sobre los tatuajes son considerados arte, tanto para los artistas que los realizan como para las personas que con orgullo llevan su obra por el mundo, y que no se puede poner en duda la expresión artística de las imágenes que se plasman en el cuerpo.
Para este reconocido artífice de Villavicencio y para quienes pasan por su estudio, llevar tatuado una que otra parte de su cuerpo o quizás todo, es manifestar las emociones, los pensamientos y sentimientos de la persona en una imagen que durará para toda la vida.
Así lo expresó Jonathan Riaño, quien lleva tatuando su cuerpo más de dos años. Piensa que a lo largo de la historia, este método ha tenido una significativa evolución, empezando con la aceptación de la sociedad y reconociendo que este oficio se ha convertido más que en un talento, en un estilo de vida, porque hay gente que se gana la vida en esto.
“En mi caso, desde muy chico siempre quise tatuarme, pero la iniciativa la tomé cuando quise que en mi cuerpo se reflejara la unión familiar, es allí cuando procedí a mi primer tatuaje con la frase Familia y una pequeña leyenda que identifica el amor por mi núcleo familiar, el segundo, es un reloj que marca la hora y fecha de mi nacimiento, representación de mi tiempo trascurrido en este mundo terrenal, y que cada vez que lo veo me trae a la mente recuerdos de mi niñez, de mis experiencias, triunfos, fracasos, el primer amor y muchas cosas más que hacen que crezca cada día como persona”, explica Jonathan quien concluye que: “Tu piel es tu piel, de nadie más”.
La psicóloga María Isabel Vázquez, explicó, que desde lo social, las personas que llevan un tatuaje, es porque sienten la necesidad de hacerlo, porque les apasiona o por un constructo social, por estar a la moda o simplemente por experimentar en momentos de felicidad, de tristeza o en ocasiones por recordar a un ser querido, por una promesa, por establecer vínculos o finalmente por plasmar sus ideales.
Mientras que, para Luz Marina Useche, una mujer muy lejana por este gusto, agregó que este tipo de estética proyecta una imagen de vandalismo, calle y pobreza mental al resto del mundo.
Aunque son muchas las razones por las cuales el ser humano decide tatuar su cuerpo, de exponerse a varios riesgos como infecciones y enfermedades o, incluso, ser rechazados, esta práctica ha demostrado que vale la pena porque su evolución ha llegado al máximo en el mundo del tattoo, perdiendo ese estigma que hoy en día exhiben con orgullo estrellas de cine, la música, futbolistas y modelos, entre otros, que llevan con orgullo diseños de todo tipo como “clásicos tribales, amaneceres, citas escritas en sánscritos, coordenadas geográficas u onomatopeyas”.
Según un estudio realizado en 18 países por la firma alemana Dalia Research en el 2018, arrojó como resultado que el 38% de la población en el mundo lleva consigo un tatuaje.
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