Por: Melisa Andrea Trigos Benitez
Difícil situación que enfrentan los habitantes de municipios aledaños al Páramo de Santurbán.
En primer lugar, cabe resaltar que la reserva natural es la principal fuente de agua potable que abastece en un 70% al departamento de de Santander, ya que, si deciden explotarlo a través de la megaminería para extraer oro y cobre, afectarían a distintas especies de flora y fauna sobre la zona de influencia del páramo, en donde se encuentra el subpáramo y el bosque altoandino, ecosistemas importantes conectados entre sí con la delimitación del páramo de 3.446 hectáreas protegidas sobre un área de extensión total de 138.699 hectáreas, cifras presentadas en 2019.
Para Minesa (Sociedad Minera de Santander) empresa transnacional accionada por los Emiratos Árabes, realizó estudios de impacto ambiental asegurando que el proyecto está a 2.600 metros sobre el nivel del mar y desciende hasta 2.200 m.s.n.m fuera del área protegida del páramo, según la Resolución 2090 de 2014 del Ministerio de Ambiente, y en efecto se encuentra fuera de las delimitaciones del páramo, sin contar con la grave contaminación de cianuro o mercurio que ocasionaría en el recurso potable.
El punto de fondo radica en que el proyecto debe contar con la autorización de la única entidad ambiental ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales) para decidir si la megaminería tiene algún impacto ambiental negativo con las conexiones hídricas de la montaña y el río Suratá en el abastecimiento de agua para los Santanderes; además de realizar audiencias públicas con la comunidad directamente afectadas por llevarse a cabo el “gran proyecto minero del año”.
A partir de esto, el gobierno no puede siquiera pensar en la explotación del páramo como solución de reactivación económica para el país, es más una forma de politizarlo para su beneficio con fines personales y burocráticos, sin tomar en cuenta la defensa social y política de los santandereanos.
Como si fuera poco, la cereza del pastel, se dio a conocer en Twitter por el Representante a la Cámara César Pachón, aseverando que el equipo Manchester City podría adquirir a Messi con el dinero de Santurbán, diversas reacciones generaron en los internautas burlas y opiniones en contra, sin percatarse en lo absoluto del detalle exacto de que el dueño del equipo inglés Mansour bin Zayed Al Nahyan es también dueño del holding Mubadala de Emiratos Árabes Unidos y de MINESA, y por tal razón, su argumento no suena tan descabellado del todo.
El país se ha convertido en destino atractivo para las empresas extranjeras en adquirir las riquezas de oro y otros metales preciosos, vendiéndolos a un precio muy generoso, así como lo ocurrido con la pérdida de El Cerrejón, la mina de carbón a cielo abierto más grande de Latinoamérica; la entrega de Cerromatoso a una empresa transnacional, la persecución de Pacific Rubiales que hizo hasta para vender; y que ni siquiera los 36 páramos existentes en el país han sido declarados como patrimonio natural de la humanidad y reserva de biósfera.
Tal y como lo enuncia la Ley 1450 de 2011, mediante el cual prohíbe adelantar actividades agropecuarias, de exploración o explotación de hidrocarburos y minerales, así como la construcción de refinerías en los ecosistemas de páramo, y es que, por esta precisa razón, Santurbán es intocable para la explotación de megaminería, y lo ideal sería tejer más sentido de pertenencia y conciencia social por la biodiversidad nacional.
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