Escrito por: Yury Castro
El pasado martes 17 de marzo, los habitantes de la capital del Llano, acataron el toque de queda que implementó el alcalde Felipe Harman para evitar la propagación del coronavirus.
La medida inició desde las 8 de la noche hasta las 5 de la mañana en toda la ciudad. La Pluma quiso conocer cómo ha afectado la medida a los dueños y administradores de las residencias y moteles.
"La cantidad de huéspedes ha disminuido con respecto a semanas anteriores de 19 piezas, sólo se han arrendado 3", afirma Margarita Guzmán empleada de uno de estos establecimientos nocturnos.
El aislamiento preventivo que inició el pasado viernes 20 de marzo y que finalizará el próximo martes para empalmar con la medida del Gobierno Nacional, agravó esta situación porque generó el cierre de estos lugares.
A pesar de que estas medidas generan pérdidas económicas por aproximadamente 8 millones de pesos semanales, Pilar Hurtado, gerente de una de las residencias, aprobó el simulacro de aislamiento preventivo.
"La gente aún no está consciente de que la enfermedad es un tema serio pues aún llegan parejas incluso en toques de queda".
Este tipo de establecimientos podían funcionar con las debidas medidas de precaución. Sin embargo, con el inicio del aislamiento preventivo y la medida de cuarentena que inicia el próximo miércoles 25 de marzo y que finaliza el 13 de abril, los moteles tendrán que cerrar sus puertas.
Este cierre repentino eleva la tasa de desempleo en el país pues en estos establecimientos, pueden laborar entre 5 y 8 personas en cargos como recepcionistas, aseadoras y vigilantes.
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