Por: Edward Rocha Ramírez
En un país como el nuestro, donde el presidente encomienda la nación a la Virgen de Chiquinquirá, para ser protegida de la pandemia más devastadora y mortal de este siglo, no es descabellado recurrir al santo patrono de la educación, Santo Tomás de Aquino, para que nos dé una manito en este aspecto.
Y es que, al contrario de la educación, la fe está al alcance de todos los colombianos, o por lo menos de quien así lo quiera creer.
Para nadie es un secreto que, en tema de educación, el Estado tiene una deuda histórica con los ciudadanos, sobre todo si se pertenece a un territorio rural o donde no haya presencia del mismo. En poblaciones así, la estructura del sistema educativo colombiano y sus cuatro niveles, pre-escolar, básica primaria, secundaria y superior, son simplemente una ilusión.
Muchas veces romantizada, como en el caso del eufemismo “La universidad de la media Colombia” para referirse a la Universidad de los Llanos. La única universidad “pública” de la región.
Foto tomada de: Otras Voces en Educación
En Colombia son varios los inconvenientes que se presentan para que todos los niños y jóvenes del país no puedan ingresar y disfrutar del sistema educativo.
"Solo el 30% de los jóvenes hace la transición de la escuela o colegio a la educación superior y de estos, muchos desertarán antes de terminar..."
Uno de ellos es la precaria oferta académica que existe, particularmente en zonas rurales, la falta de escuelas y maestros, sumado a las mínimas condiciones que hay, la ausencia de servicios públicos básicos y la presencia de grupos armados, obliga en muchos casos a la deserción escolar.
Y es que según un informe titulado Revisión de Políticas Nacionales de Educación, La Educación en Colombia “Solo el 30% de los jóvenes hace la transición de la escuela o colegio a la educación superior, y de estos, muchos desertarán antes de terminar; las tasas de deserción anual en educación superior varían entre el 10,4% en las universidades y el 22,2% en las instituciones técnicas y tecnológicas”.
Y aunque en estos dos últimos años, la inversión en educación ha sido la más alta de la historia, pues se pasó de un presupuesto de $38,5 billones de pesos en 2018 a $47.3 billones de pesos en 2021 (cifras aportadas por el Ministerio de Educación) es claro que la inversión que se está realizando, aún no logra cumplir el objetivo del gobierno de “garantizar que niños, niñas y jóvenes, puedan ejercer su derecho a la educación con criterios de pertinencia, oportunidad, calidad y equidad”.
Mientras que el presupuesto de defensa con $39 billones de pesos consigue poner bombas y balas en cada rincón del país, el de educación, el más alto del Presupuesto General de la Nación, PGN, no consigue ubicar un maestro en una zona rural, construir un instituto o mejorar las condiciones de acceso para escuelas y colegios rurales.
Claro ejemplo de lo anterior, fue lo sucedido el pasado jueves, en el municipio de San José del Guaviare con la menor Danna Lizeth Montilla, reclutada por disidencias de las Farc y muerta a manos del ejército en un bombardeo dirigido hacia alias Gentil Duarte.
Caracol Radio, reveló unos chats que la menor sostuvo con un profesor, en los que se evidencia el deseo por continuar con sus estudios.
Fuente, Caracol Radio
¿Acaso es este el destino que les espera a los niños y jóvenes que no logran acceder a la educación en territorios rurales?
Fuente, Caracol Radio
En algunas de estas zonas del país, las ganas y la esperanza de estudiar no son suficientes para escapar de la violencia.
Fuente, Caracol Radio
Fuente, Caracol Radio
Solo resta seguirle pidiendo al santo inicialmente mencionado, que interceda por nosotros y algún día se nos haga el milagrito que haya educación pública, gratuita y de calidad, para todos los que habitamos este paraíso terrenal llamado Colombia.
¿A Dios rogando y con el mazo dando?
Excelente análisis, concuerdo totalmente en la falta recursos adecuados en proporción a las necesidades de una región y no solo me refiero al área que abarca esa hermosa región, sino a una restructuración educativa que resuelva una carencia de competencias productivas afines a los recursos disponibles de la región, pero bueno eso seria en una realidad utópica donde se quisiera una educación de calidad por parte del gobierno y para ello necesitamos algo mas que fé.