Por: Brenda Mosquera
El vegetarianismo y el veganismo son un debate que se ha dado a lo largo de años, pero en el último creció de una manera crucial.
Cada vez más personas se unen a hábitos de vida y estructuras alimenticias más éticas y se imparte mejor la información de lo que estas dos implican en la sociedad general y el planeta que habitamos.
Asimismo, la convicción de que los animales deben poseer la misma consideración moral y el respeto, que nosotros como humanos tenemos en conjunto.
Aunque ambos términos, no aluden a las mismas prácticas, en la alimentación las dos eliminan la carne y productos que intervengan a algún animal en estado mortal de sus dietas. El vegetarianismo es considerado el primer gran paso para transitar una dieta vegana.
El impacto del consumo de carne en el medioambiente
Entendiendo que, la deforestación es la pérdida de bosques y selvas debido al impacto de actividades humanas o causas naturales, según el Fondo Mundial para la Naturaleza, una de las principales causas de la deforestación de la selva amazónica es el cambio de uso del suelo para la ganadería extensiva.
Por igual, la Universidad de Oxford en el Reino Unido, indica que, si todo el planeta consumiese un máximo de 300 gramos de carne roja por semana, es decir, disminuir el consumo, habría una potencial reducción del 29% en las emisiones de sustancias causantes del calentamiento global hasta el año 2050, lo que contribuiría a un cese en las afectaciones climáticas tempranas.
Foto tomada de: La República
Las emisiones de gases de efecto invernadero, son uno de los principales factores que afectan al medio ambiente, contribuyen al efecto invernadero, intensificando sus consecuencias sobre el clima en la medida que aumentan. De acuerdo con Greenpeace, la ganadería es responsable de la emisión de hasta 14,5% de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
La producción de proteínas animales representa un uso ineficiente de los recursos del agua y de la tierra y la extensión de factorías intensivas de animales por el mundo, no se puede considerar como una solución sostenible. Consumir carne también afecta la pérdida de biodiversidad y especies.
El 2 de junio de 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirmó que un cambio global hacia una alimentación vegana es vital para salvar al mundo del hambre, la escasez de combustible y de los peores impactos del cambio climático.
La carne y su consumo en la salud.
En el año 2015 la OMS Organización Mundial de la Salud, clasificó las carnes procesadas como carcinógenas para los humanos; el consumo de las carnes rojas causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista apoyando un efecto carcinógeno.
Mientras que las dietas a base de plantas cada vez se difunden más por sus beneficios alimenticios, altas en vitaminas, reduciendo gran posibilidad de enfermedades como la diabetes, cáncer de colon, presión arterial alta, menos toxicidad en el organismo, entre muchos aspectos más. Incluso muchas personas por órdenes médicas deben acudir a este estilo de vida por salud y bienestar.
Foto tomada de: Recipies
Por otro lado, un nutricionista de Harvard, Jean Mayer, estima que reduciendo la producción de carne tan solo un 10% liberarían suficientes granos para alimentar a 60 millones de personas.
El antiguo secretario General de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, admitió que el consumo de carne en los países ricos es la causa clave de la hambruna alrededor del mundo. Según datos de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más del 70% de los cereales y granos cultivados en los países desarrollados se destinan al engorde de animales de granja y no para consumo humano.
Comer carne es un tipo de alimentación injusta, insostenible y actualmente muy cruel, al año mueren 150.000 millones de animales por las industrias, por mes 12.500, por semana 3.125, entre más cifras. (Según The Vegan Calculator 2021).
Foto tomada de: República
A mi juicio, la idea de una dieta a base de plantas o el de iniciar con pasos pequeños como disminuir el consumo de proteína animal, puede ser una alternativa para mitigar todos los problemas que se abordaron anteriormente. Afianzarse como sujetos en el mundo, apropiarse de las características humanas hacía todos los seres vivos, conectar y hallar nuevas facetas de sí mismo.
Deconstruir para aprender nuevas cosas es esencial. Más que un gusto, se trata de una convicción, de lo que yo como ser humano estoy dispuesto a hacer por fuera de mí mismo, un proceso que se da desde el amor, o por lo menos, yo lo hice desde esa perspectiva.
Una decisión nada egoísta, donde ya no se hará parte del problema, sino de la solución.
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