Por: Camila Jiménez
El pasado 6 de marzo del 2021 en el centro poblado de Aguas Claras Meta, se registró un suceso el cual impactó a la comunidad y fue por la muerte de José Abel Gómez Medina, comerciante de expendio de carne, quien recibió 2 impactos con un arma de fuego.
José Abel nació en Dabeiba Antioquia, tenía 53 años, desde muy pequeño era amante a la ganadería y a vestir su poncho y sus botas de cuero, debido a ello se convirtió en uno de los más grandes comerciantes.
Hacía un mes Abel y demás comerciantes del pueblo recibieron a dos sujetos quienes se identificaron como miembros del Plan Golfo, su visita no era normal venían por algo y era por el cobro de “la vacuna” la cual era de un 1 millón de pesos.
Los comerciantes se indignaron, él fue uno de los cuales aseguró que no daría nada porque no tenía dinero, tenía que pagar sus deudas y llevar el alimento a su familia. Su esposa con la cual llevaba de casado 20 días, cuenta que en dos ocasiones su esposo tuvo que hablar por celular con “los jefes” quienes en ambas ocasiones le pidieron el número de celular y nombre completo al negarse a dar el pago.
-Abel siempre daba su nombre incorrecto y un numero de celular falso.
Días antes del 6 marzo, Abel no volvió a tener visitas en su carnicería pero si recibió llamadas –“eso es lo que dicen varios amigos, Abel nunca me dijo nada”, asegura Neyired, quien al igual que su esposo mantenía en el negocio ayudándole y nunca escuchó o vio algo raro, solo un día se le hizo extraño que al llegar de su casa al negocio, encontró la macheta con la que mataban las reces en la vitrina.
-Yo le pregunté y me dijo que era por si volvían los sujetos de siempre, que les iba a dar con el filo, yo le dije que las cosas no se resolvían así y la guardé.
“Nos vendieron”
La denuncia al Gaula siempre estuvo presente, quienes en dos ocasiones lograron capturar a los sujetos, pues varios centros poblados aledaños se veían afectados por dichas personas; pero al no obtener pruebas contundentes los dejaban en libertad.
–Nosotros fuimos unos de los tantos que llamamos y contamos todo y nos aseguraron que nada pasaría, que todo estaría bien.
El día del suceso
El 6 de marzo, Abel se levantó a las 6:00 a.m. como de costumbre, decidió no esperar el tinto en la casa sino que prefirió tomar en la calle, a las 9:00 de la mañana su esposa fue y le llevó el desayuno, se quedó con él hasta medio día en compañía de su hijo de 12 años.
-Ya llevaba más de tres fines de semana reemplazándolo después del almuerzo y ese día no quiso, me mandó para la casa con mi hijo, me dijo que descansara”, cuenta Neyired su esposa.
A eso de las 2:30 p.m. llegó a su casa la comadre llorando, ella se encontraba durmiendo, la que recibió la noticia fue doña Ana, madre de Neyired y le dijo: “Mataron al compadre”; su hijo quien se encontraba en el cuarto escuchó la noticia y salió corriendo, su madre se acercó a ella y le dio la noticia –“yo me acuerdo que salí corriendo y cuando llegué, ahí estaba mi viejo tirado en el piso”.
Testigo directo
Walter Peñaloza es el encargado de atender un billar que se encuentra al lado de la carnicería “El Paisa” y fue el testigo más cercano y directo, él atendió a los sujetos.
A eso de las 2:10 apareció una moto XTZ sin placas, la cual empezó a subir y a bajar por la calle principal, acción que hicieron en dos ocasiones, ya en la última se bajaron y entraron al billar, pidieron dos cervezas y dos cigarrillos.
-Sentí miedo, eran hombres muy mal mirados y supe que algo malo pasaría pues al llevarles el pedido, ellos temblaban y no era de frío.
Los hombres quienes oscilaban en edades de 22 a 35 años, tomaron sus cervezas muy rápidamente, uno lo hizo completamente y el otro hasta la mitad. En ese momento Abel se encontraba al frente de su carnicería sentado en una silla, tenía su cabeza inclinada mirando su celular y no era consciente de lo que pasaba.
Foto suministrada por: AS USA
Dichos sujetos pidieron la cuenta, uno se dirigió hacia la moto y al intentar prenderla no lo lograba, su compañero tuvo que ayudarlo y al hacerlo se devolvió al billar, el otro se ubicó frente a la carnicería.
-El que seguía en el billar me miraba mucho, pensé que me mataría.
Walter decide irse un poco más allá, quería informar lo que pasaba pero no era capaz. “Me quede viendo al sujeto, noté que se le acercaba por la parte de atrás a Abel y de una dije, LO VAN A MATAR”.
“Me quede viendo al sujeto, note que se le acercaba por la parte de atrás a Abel y de una dije, LO VAN A MATAR”
A las 2:38 p.m., Abel recibió dos disparos, uno en la sien y otro en el pecho. Rápidamente el sujeto se sube a la moto, su compañero ya lo estaba esperando y emprenden la huida. Al instante Walter y su hermano quien registró la hora exacta del suceso se acercan a ayudar a su amigo y vecino pero ya era muy tarde; estaba muerto.
Su esposa no ha querido dar declaraciones a ninguna entidad, afirma que “los vendieron” por ahora solo busca poder pasar ese dolor amargo que le ha dejado el conflicto armado, sacar a su hijo adelante y poder cubrir las deudas que le quedaron.
Fue mucha la gente que acompañó a su familia, y solo se escuchaba una cosa “¿por qué a él?, no se metía con nadie”. En Aguas Claras Meta lo recordaremos siempre y me alegra saber que alguien tan allegado a la familia Gómez Rodríguez, lograra recopilar la información de este doloroso hecho.
Muy bien 👍