Por: Leidy Didiana Rojas
La docencia universitaria, es calificada como una labor de alto sentido social; donde su esencia, es el servicio y la colaboración, para la construcción de nuevas generaciones y profesionales que se orienten hacia una mejor sociedad y visionen por un mejor país.
Pero, con el devenir esencialmente de los últimos tiempos ante la crisis de la COVID-19, los expertos de esta excelente labor se enfrentan con algunas complicaciones, por una juventud que se encuentra cada vez más, sumergida por la apatía, en cuanto a educación virtual que se vive el día de hoy.
En la actualidad, la docencia para los educativos se ha convertido en una labor nada cómoda de afrontar, debido al poco o nulo interés de los futuros profesionales ante las clases virtuales.
Se asevera que ha de ser el foco de vulnerabilidad más inquietante para los docentes ante este episodio, porque además de idear mil maneras para captar la atención de todos sus alumnados para enseñar y hacer llegar de la mejor manera sus conocimientos, estos también han de necesitar tiempo para aprender más y poder estar a la vanguardia ante estos tiempos tan cambiantes, como lo es el nuevo plan de estudios en línea.
Como el caso sucedido en Perú, en el mes de octubre del año 2020, donde el profesor Juan Francisco Baldeón, renunció en plena clase virtual debido a la actitud indiferente de sus alumnos.
En la grabación que fue viral en redes sociales, al docente se le nota en total estado de frustración. Hecho que aconteció en la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV).
Otro hecho que causó rechazo total por los internautas, fue el del docente de la Institución Universitaria Pascual Bravo, de la capital antioqueña, que a raíz de que un alumno le hizo saber en repetidas ocasiones que no se le escuchaba lo que este decía en la clase virtual, y que claramente era una broma en conjunto que le estaban haciendo, ante la insistencia del estudiante, el docente marco las teclas “Alt + f4”, tal como el sujeto se lo indicó.
Una vez realizado este proceso, la plataforma inmediatamente expulsó al docente de la clase, y los bromistas quedaron orgullosos del hecho, respondiendo a carcajadas, como quedó plasmado en la grabación, el suceso fue denunciado por el hijo de la víctima ante las redes sociales.
Foto tomada de: BBC News Mundo
De lo anterior, el educador solo atinó a decir lo siguiente: “La educación es el servicio más extraño, la gente la paga y no la quiere recibir”. Y qué realidad la que se plasmó en esa frase.
De acuerdo a un dato publicado por el periódico El Nuevo Siglo, titulado “Daños que está causando en universitarios la educación virtual”, se observa una respuesta algo jocosa, de un estudiante de la Universidad del Bosque que manifiesta lo siguiente:
“Con las clases virtuales se han perdido las rutinas, ya nos acostumbramos a tomar las clases acostados, a tener la cámara apagada porque muchos no se bañan. A pasar horas durmiendo, a ir a la cocina y buscar comida mientras el profesor está pidiendo que respondan o indiquen que están en clase, siente que las rutinas básicas se están perdiendo y que los niveles de distracción y desconcentración son altos”.
Se atraviesa por una dificultad que conduce a la juventud a reflexionar, donde necesariamente deben aterrizar.
Los educadores han mostrado ser la pieza central del engranaje educativo virtual, que no son merecedores de respuestas silenciosas cuando una participación se les pide a los alumnos, cuando se excusan con fundamentos totalmente planos, para la no presentación de actividades educativas, donde sus máximas participaciones son un llamado a lista.
Foto tomada de: Medium
Al respecto conviene decir que, no se habla directamente a manera general, pero si, hacía una gran cantidad de universitarios, que no están valorando ni usando hacía su favor a los que seguramente quedarán para la historia como una de las generaciones de docentes altamente estudiados y capacitados, pero sobre todo los que se adoptaron en tiempo récord ante un escenario de gran impacto.
Foto tomada de: Milenio.com
La juventud está fallando en el tema más importante de sus vidas, y ojalá en algún momento se autoevalúen, recapaciten y comprendan que el problema no es para el docente quien probablemente su futuro ya está asegurado.
El inconveniente es para usted querido alumno - futuro del país, que a pesar de que sus docentes le insisten para que hagan parte de un buen sistema de enseñanza, ustedes no tienen ni un mínimo porcentaje de interés ni siquiera para oír o tan solo para mirar una pantalla.
A los docentes, que no se inquieten, que el perjuicio se lo están haciendo los que están del otro lado de la pantalla, aquellos que ignoran día a día lo realmente importante.
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