Por Natalia Pardo Téllez
A medida que pasa el tiempo el cambio climático y las consecuencias derivadas a este son cada vez más visibles, se puede evidenciar en las inundaciones, sequias, olas de calor que provocan incendios y con ellos la pérdida de fauna y flora; y en el 2030 la probabilidad de presenciar estos desastres naturales catastróficos y que sigan en aumento puede ser un tema más preocupante.
Un informe especial emitido por El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) proyecta que entre el 2030 y el 2052 el calentamiento global llegue a 1,5°C si se continúa aumentando el ritmo actual de contaminación.
Y de llegar a este punto sin retorno, los arrecifes de coral se reducirán entre un 70 y 90%, además el nivel del mar aumentaría 10 centímetros más al pasar de 1,5 a 2 grados, lo que comprometería la seguridad de alrededor de 745 millones de personas que viven en zonas costeras, casi el 10% de la población mundial.
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Así lo confirma Fabian Moreno, Biólogo Marino. “Los efectos del aumento de temperatura de 1,5 a 2 °C producirían desordenes irreversibles en los ecosistemas marinos afectando las especies más vulnerables al aumento de temperatura, y si esta variación climática persiste, afectará con el tiempo a toda la vida marina llevándola a la disminución de su población o la extinción completa de la especie”.
En Colombia, la costa Caribe cuenta con aproximadamente 900 km lineales de playas, está conformada por 8 departamentos: La Guajira, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Sucre, Córdoba, Antioquia y Chocó, y según una investigación realizada por el equipo de trabajo del programa de Geociencias Marinas de INVEMAR, el 28% de ellas sufre actualmente procesos de erosión con consecuencias no deseables sobre los centros poblados y la actividad económica.
“… La pesca ha disminuido ya que los arrecifes y corales han venido desapareciendo y de ellos se alimentan la mayor parte de los peces”.
Las cifras del DANE señalan que la población costera representa casi un 11% de la población total en Colombia y en la zona del Caribe se concentra el 89% de la mayor cantidad de habitantes de la población que vive en el litoral.
José María, pescador de la Isla del Rosario, Cartagena, asegura que, “las olas son cada vez más fuertes aquí, el oleaje ha arrasado con algunas casas que se encuentran por la zona, se pueden ver las estructuras en ruinas de algunas de ellas, también la pesca ha disminuido ya que los arrecifes y corales han venido desapareciendo y de ellos se alimentan la mayor parte de los peces”.
Dentro de las zonas costeras más afectadas y que se encuentran en una amenaza alta por erosión del Caribe colombiano establecidas en una investigación por el INVEMAR se encuentran San Andrés con un 64%, Magdalena con 31%, Atlántico 22%, Antioquia 18% y Bolívar con un 12%.
La intervención humana como la precaria gestión de las zonas costeras, la extracción de arenas en las playas o ríos, la tala indiscriminada del mangle, el daño a los arrecifes de coral y la construcción de represas que alteran el aporte de sedimentos desde las cuencas, son las principales causas responsables del aumento en la tasa de erosión, asegura INVEMAR.
Roberto Lemetre, dueño de la Isla Pirata, Cartagena, afirma que, “antiguamente, los nativos usaban los corales y arrecifes para venderlos como piedra y estos eran utilizados para la construcción de casas que hay por esta zona, debido a esta falta de protección natural y barrera que ofrecen los arrecifes contra la marea y el fuerte oleaje, parte de la isla ha sido consumida y destruida por el mar”.
Los arrecifes de coral pueden reducir la energía de las olas en un 97%, lo que protege las playas, islas y archipiélagos, por otro lado, los manglares proporcionan una barrera natural que filtra contaminantes y estabiliza los sedimentos para proteger las costas de la erosión.
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Debido a la amenaza por erosión en toda la zona costera colombiana, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible presentó el Plan Maestro de Erosión Costera que busca garantizar el desarrollo de una estrategia intersectorial integral en la que se implemente un modelo de gobernanza y medidas de adaptación para enfrentar esta problemática a lo largo de las costas del país.
Se espera que poniendo en marcha este documento se logre mitigar y controlar la erosión y sus consecuencias en las costas de Colombia en los siguientes años.
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