Por: Brenda Duarte
Para nadie es un secreto que el desempleo en una de las problemáticas más grandes en nuestro país, además miles de jóvenes, mujeres y hombres se ven en el vacío, en la desesperación por la falta de oportunidades para salir adelante y ayudar a sus familias.
Para el mes de agosto del presente año, la tasa de desempleo en Colombia fue de 14.3%, lo que representó una reducción del 5,9%, a comparación del año pasado.
Pero esta reducción no es significante, porque sabemos que las consecuencias por la falta de oportunidades siguen en vigencia, y son 3,4 millones de personas que continúan desempleados, según informe del DANE.
Las consecuencias a las que hago referencia no solo tienen que ver con lo monetario, sino que van más allá, como la salud mental y física. Según los estudios de McKee-Ryan, estar bajo la burbuja de desempleo causa estrés, ansiedad, depresión, y por supuesto desequilibrio emocional.
Las cifras en cuanto al desempleo nos pueden asombrar. Pero lo más triste de todo esto, es que son miles de profesionales los que aún no consiguen esa oportunidad de trabajo. El estudio ya no representa estabilidad económica y graduarse se ha convertido más en un logro personal, que una recompensa en totalidad.
Este es el caso de Luis Fernando Rojas Ingenio Civil. Egresado de la Universidad Santo Tomás, sede Villavicencio quien expresa: “Sigo esperando que me llamen, he pasado hojas de vida en todo lado, y sinceramente me siento desanimado, me endeudé para poder estudiar y no es justo este sinsabor al que llaman desempleo”.
Así mismo Juan Sebastián Herrera, administrador de empresas, egresado de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Villavicencio señala: “Ahora estoy trabajando en algo relacionado en construcción, me tocó devolverme para Cumaral-Meta, no encontré más posibilidades, sin embargo, estoy a la espera de ser contratado, para lo que realmente estudié”.
¿Acaso acceder a la educación es tan fácil?, ¿qué hace el gobierno frente a esta problemática?
Sí, sabemos que lo que se estudia se convierte en el tesoro del conocimiento, pero seamos sinceros y realistas, los jóvenes no tienen ni para comer, algunos, ni siquiera se pueden independizar porque no pueden costear sus gastos.
No pueden soñar, porque sus sueños están limitados a las pocas opciones que les brindan, el desempleo es el cáncer de la economía, en donde los máximos gobernantes tienen la cura, pero no la quieren dar. País de egoísmo y vergüenza ¿hasta cuándo tendremos que soportar la ineficiencia estatal?
Es hora de que el gobierno haga algo frente a esta situación, y se quite esa venda de olvido con el pueblo, en donde todo se convierte en una rosca, y no hay opción para los que no poseen un reconocido apellido.
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