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Foto del escritorLa Pluma

“El defecto que yo tengo”

Actualizado: 21 mar 2022

Por: Melissa Céspedes


Adaptación


Oscar con 10 años de edad observó por primera vez la mirada perdida y el temor que emanaba su hermano menor debajo de una mesa, situación que se fue repitiendo, seguido de lapsos de sueños que nublaban su memoria, pues, Brayan no recordaba nada de lo que sucedía.


La señora Blanca se dio cuenta que esto no era normal, no era un rebote de parásitos como lo indicaron sus conocidos, algo más estaba pasando con su hijo. Al consultar al médico, luego de una cantidad de exámenes, Brayan fue diagnosticado con epilepsia refractaria. Desde entonces se lleva un seguimiento médico, sin embargo, esto no asegura una vida digna.

Doña Blanca asegura que Brayan llevó una infancia tranquila, jugaba, reía, pasaba tiempo con sus hermanos y a pesar de que él no recuerde nada, dice que fue un niño feliz.


De los breves recuerdos que tiene Brayan de su adolescencia, destaca el matoneo y la falta de empatía que recibía por parte de sus compañeros y maestros, a esto se le suma, la agresividad que generaban en él los efectos secundarios de los medicamentos, las burlas y miradas discriminatorias por parte de la gente cuando Brayan tiene convulsiones.


El presiente los espasmos antes de que pasen y se prepara, se sienta, descarga lo que tenga en sus manos, saca una toalla que lleva consigo a todas partes.


Lo que él siente es como una descarga eléctrica, algo que le sube del estómago a la cabeza, lo que los demás ven es a un joven tirado, gritando, con sus dedos retorcidos, su cuerpo temblando con la toalla en la boca para no morder su lengua, su mente se nubla en ese momento y cuando todo pasa oye los murmullos y se siente anormal entre la sociedad.


Todo por mi hijo


La señora Blanca en medio de la desesperación por encontrar alternativas que mejoraran el ritmo de vida de su hijo, lo sometió a todo tipo de procedimientos, rezos y remedios. Encaminada por la Iglesia Guiada por el Espíritu Santo en Bogotá, ella relata cómo su hijo ha sido operado dos veces espiritualmente por el Hermano San Gregorio.


“Uno tenía que dejarlo por la noche con un vaso de agua, un algodón con alcohol, una aguja desinfectada y dejarlo en una cama con sábanas blancas”.


Con fe en cada recomendación que sus allegados le aconsejaban le apostó a la medicina acupunturista, la cual consistía en llenarle la cabeza de agujas, para calmar un poco la enfermedad.


Ella dice que ya perdió la cuenta de todo lo que ha dado y hecho por su hijo y que nada de esto ha funcionado.


Cuando Brayan cumplió los 17 años, fue el primer joven en Villavicencio al que le realizaron una operación para implantar un estimulador del nervio vago y así lograr que las crisis bajaran de cuatro por mes a una sola y disminuir el volumen del medicamento, esta cirugía se logró a la persistencia de una madre y al apoyo del neuro pedíatra Alberto Mora.


Dentro del historial clínico de Brayan, se encuentran los obstáculos de la señora Blanca por lograr conseguir los medicamentos para su hijo, pues, aunque se los suministre el Sisbén hay negligencia en las fechas de entrega, “ha sido una batalla campal”, expresa.


Sueños


La reacción a los efectos secundarios de los medicamentos ha marcado la vida social de Brayan. Como por ejemplo las pequeñas pérdidas de memoria, la forma de expresarse, en ocasiones repetir las palabras, con movimientos continuos y la tonalidad de su voz agresiva, generan en él una perspectiva errónea a lo que realmente es.


"El defecto que yo tengo", dice Brayan, mientras mira hacia otro lado, diciendo lo limitadas que son sus habilidades para vivir plenamente.

Pero esto no ha sido impedimento para que Brayan se haya superado en la vida. Desde los 18 años, luego de la muerte de su padre, ha trabajado como vendedor informal, cargando en sus brazos canastillas llenas de fruta por las calles de Villavicencio.


Su enfermedad tampoco le ha impedido tener una vida sentimental, pues dice que ha logrado conquistar varias mujeres.


Actualmente Brayan tiene 28 años y trabaja por lograr sus metas; menciona que uno de sus sueños más grandes es que a pesar de sus obstáculos, pueda tener un hogar, su esposa y sus hijos.

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